Cuando uno recuerda a un amigo o amiga y le cuentas a alguien cercano sobre el recuerdo siempre hacen un comentario, que bien, que mal, que bravo....pero cuando le cuentas a alguien que recuerdas a tu mascota siempre (al menos yo) he escuchado la misma frase...."pobrecito", sera que todos consciente o inconscientemente reconocemos en ellos esa pureza de afecto que nos dan?.....
Hoy hubo dos experiencias que me hicieron recordar a la mascota que mas he querido, no vivía conmigo así que no la podía ver todos los días, pero cada vez que nos veíamos era una fiesta de alegría desbordante la que me demostraba.
Hoy hubo dos experiencias que me hicieron recordar a la mascota que mas he querido, no vivía conmigo así que no la podía ver todos los días, pero cada vez que nos veíamos era una fiesta de alegría desbordante la que me demostraba.
La primera fue conocer la historia de "Hachiko" un Akita Inu que esperaba a su dueño en la estación del tren a la hora que llegaba del trabajo y aún después que este falleció lo siguió esperando hasta el fin de sus días con la esperanza de volverlo a ver.
La otra ver en una película donde le aplicaban la eutanasia a un Sabueso que había sido su compañero de vida, oyente de largos monólogos de tristezas y alegrías de un solitario hombre, quien lo trataba como un amigo más que como una mascota.
Lo que me hicieron sentir estas dos experiencias fue una angustia por no haber podido dar mas de lo que le di a este querido amigo que lo único que siempre me pidió fue simplemente unos instantes para mostrarme que estaba alegre por verme.
En este lapislázuli que busco, esta este afecto por nuestras mascotas que a veces no demostramos o no se muestra hasta que ya no están con nosotros.
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